El invierno trae nieve y temperaturas más bajas. Hay que reconocer que este año ha sido corto en ambas cosas hasta ahora. Sin embargo, es una época en la que todo nuestro organismo está expuesto a muchos factores externos. Nuestra inmunidad se debilita.
Nuestra piel también está expuesta al aire frío y helado. Si no prestamos atención a una dieta adecuada y equilibrada, el cuerpo sufre carencias de nutrientes.
Aunque mucha gente corre al gimnasio el 1 de enero en un arrebato de propósitos de Año Nuevo, a principios de febrero sólo unos pocos siguen allí. Como resultado, a veces recibimos la primavera con unos kilos de más. ¿Cómo podemos evitarlo? Precisamente de eso vamos a hablar en este artículo.
El alfabeto de las vitaminas
Vitaminas A, B, C, D, E, K. Vale la pena cuidarlas todas. Sin embargo, algunas de ellas son más importantes en el contexto del invierno. El mayor reto durante una oleada de enfermedades es la inmunidad. ¿Qué debemos tener en cuenta?
Según las investigaciones actuales, es crucial aportar vitamina D al organismo. Recordemos que su principal fuente es la luz solar. En nuestra región geográfica, no es posible garantizar un aporte suficiente de forma natural fuera de los meses de verano. Las condiciones óptimas para la síntesis cutánea en nuestro clima son de abril a septiembre.
Las recomendaciones del Instituto de Alimentación y Nutrición indican que la vitamina D debe suplementarse durante el resto del año. Las personas mayores deben prestar especial atención a este aspecto. También es aconsejable enriquecer adicionalmente la dieta con productos ricos en ella, como el pescado de mar graso.
Otra vitamina que se asocia muy a menudo con la inmunidad es la vitamina C. Actualmente, los científicos tienden a creer que su cantidad en el organismo no nos protege de las enfermedades. En cambio, se ha demostrado que una dosis elevada acorta la duración de la enfermedad.
Además de los suplementos, los cítricos como las naranjas, los pomelos y los limones también son buenas fuentes de esta vitamina. Curiosamente, sin embargo, los productos que proceden de plantaciones polacas tienen un contenido mucho mayor de esta vitamina. ¿De qué estamos hablando? De los pimientos (sobre todo los rojos) y de los sorprendentes superalimentos polacos, como la rosa silvestre, que ostenta el récord de contenido en vitamina C.
Así que asegurémonos de proporcionar al cuerpo estas vitaminas todos los días. Esto es especialmente importante en una época en la que existe el riesgo de que disminuya la inmunidad. Hay abundancia de vitaminas en una ración diaria de verduras y frutas. Si no es suficiente, puedes recurrir a los superalimentos y suplementos.
Piel sana en invierno
Mantener una piel de aspecto saludable tampoco es extraño. Un problema muy común es el picor y la sequedad de la piel. Este problema se agrava cuando estamos expuestos a temperaturas frías, pero también por la falta de un buen aire interior. Es importante que la piel esté suficientemente hidratada. Debemos prestar atención a los geles de ducha y jabones que utilizamos a diario.
Es posible que algunos también irriten la piel. Al mismo tiempo, es una buena idea utilizar productos probados para el cuidado de la piel. Los emolientes y los cosméticos de alta calidad para el cuidado de la piel seca ayudan.
No te olvides del deporte
Desde hace años, las recomendaciones oficiales de las principales instituciones sanitarias de Polonia y del mundo sitúan la actividad física en el centro de sus directrices. Médicos, dietistas y nutricionistas insisten unánimemente en que el ejercicio regular y moderado es la clave de la salud.
Se han escrito miles de artículos sobre los beneficios de este enfoque. Resumiendo: la figura saldrá beneficiada. A primera vista, los efectos visibles son las calorías quemadas y el exceso de grasa corporal. La actividad física regular también reduce el riesgo de padecer enfermedades de civilización como la aterosclerosis, la diabetes y la obesidad.